jueves, 10 de febrero de 2011

NUESTROS ALUMNOS AYUDAN A ULISES EN SU VUELTA A CASA





Los alumnos de 6º de Ed. Primaria han ayudado al astuto Odiseo en su vuelta a Ítaca,  tras la sangrienta batalla de Troya. Pero le han echado imaginación y han enfrentado al heleno, y sus compatriotas, con seres mitológicos y sucesos diversos. Aquí está una breve reseña. En breve  otros trabajos seleccionados serán publicados en: 
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ULISES.

Ulises continuó su viaje, con sus demás compañeros a la fuerza, por motivo de aquella flor.
Fue viajando por muchos países hasta que llegó a uno llamado Fatuo.
Cuando llegó, en Fatuo había mucha gente con cara de miedo, y también había pocos habitantes.
Todos los habitantes de Fatuo querían escaparse de ese país, pero no podían porque en la casa de cada habitante había dos Gorgonas encargadas de no dejar salir a los habitantes.
Si algún habitante pretendía salir, las Gorgonas les miraban, y con su mirada les petrificaban.
Las Gorgonas eran sirvientas de la reina Medusa, que también era una Gorgona, al igual que los Fuego Fatuo, que se situaban en los pantanos por si alguien entraba, matarle.
Los habitantes estaban encerrados en sus casas, llenos de miedo.
Cuando Ulises vio a la primera Gorgona se escondió rápido para que no le viera y así no le petrificaría.
Pasó sigilosamente, y las Gorgonas no le vieron, pero sus compañeros, todavía afectados por la flor, pasaron como si nada y las Gorgonas petrificaron a varios.
Ulises continuó su camino pero solo quedaba un compañero suyo que, estaba recuperando un poco de memoria.
Fueron andando y llegaron a una especie de pantano muy oscuro y siniestro.
El pantano tenía muchos destellos muy brillantes. El compañero de Ulises, como no había recuperado la memoria del todo, se creyó que eran estrellas y no se preocupó por eso, pero Ulises, fue más astuto y supo que eran unos seres malvados. Esos seres eran los Fuego Fatuo.
Cuando los Fuego Fatuo notaron la presencia de humanos, les condujeron con sus mentes a una zona de arenas movedizas, allí los Fuego Fatuo atacarían a las víctimas.
Ulises fue hacia las arenas movedizas, para que los Fuego Fatuo no se enteraran de que Ulises les tendía una trampa para acabar con ellos.
Cuando Ulises llegó, los Fuego Fatuo comenzaron con la técnica para intentar matarle, justo lo que Ulises pensaba que harían.
Mientras tanto el compañero de Ulises estaba acorralado por 4 Fuegos Fatuo.
Cuando Ulises vio que su compañero estaba en peligro, corrió a ayudarle, pero las cosas se le complicaron. Ahora estaba rodeado de 10 Fuegos Fatuo.
Y esa parecía la peor situación, pero lo peor fue cuando los Fuegos Fatuo llamaron a las Gorgonas, incluida a la Reina Gorgona, la Gorgona mortal, Medusa.
Ulises estaba acorralado, tenía que hacer algo, entonces recordó que a las Gorgonas se les mataba estando 10 segundos mirándolas fijamente con unas gafas especiales para que no te petrificaran.
Las Gorgonas ya estaban muertas, todas menos Medusa, que Ulises prefirió dejarla para el final porque a ella no se le podía matar como a las demás.
A continuación fue a por los Fuegos Fatuo, se les tenía que matar con un hechizo, pero no un hechizo cualquiera, sino el hechizo que tenía Medusa escrito en su brazo.
Ulises pronunció el hechizo y todos los Fuegos Fatuo se murieron. Ahora era la hora de matar a Medusa. Ulises no sabía cómo matarla, era la más malvada, la más poderosa.
Ya luchando un tiempo cara a cara se dio cuenta de que en su anillo estaban marcadas unas palabras para acabar con ella, la distrajo un poco para poder leerlo bien y, cuando por fin pudo, las pronunció y Medusa cayó.
Fue a ver a su compañero, que ya había recuperado toda la memoria, pues él fue el que menos flor tomó. Cuando salieron del pantano continuaron con su viaje se fueron a muchos países más.


Por Lucía de la Cruz Jiménez.


Úlises y Fil de viaje a Tebas


Ulises viajaba en su barco con su profesor Fil, que le enseñaba clases de aprendiz.
De camino a la isla de los cíclopes vieron que el mar estaba muy calmado, demasiado, no había olas. Ellos empezaron a preocuparse, tanto que cada uno no decía nada y los dos estallaron diciéndolo a voces.
Tan alto que una Ondina salio de un salto a la cubierta del barco,
-¿Qué paso?- dijo la Ondina muy preocupada.
-Ulises y yo estamos viajando hasta la isla de los cíclopes y nunca nos había ocurrido nada parecido-contesto Fil muy decidido y con mucha intranquilidad.
-No os precupeis, todos los animales marinos, estar bien menos mi padre.
-Si me dices quién eres, a lo mejor podíamos ayudarte.-dijo Ulises
-Perdón se me olvido. Soy Nemea reina de los mares occidente. Mi padre vive aquí y he venido a visitarle. El esta enfermo y no sabemos que le pasa. ¿Podríais bajar a el mar y vosotros también visitarle?-Pregunto Nemea.
-No podemos, mañana tenemos que estar allí muy pronto, así que baja de nuestra cubierta del barco- Contesto Ulises con un tono de voz exasperante para Nemea.
-Yo Nemea reina del Occidente te maldigo a ti y a tu compañero para que nunca lleguéis a tu destino “La isla de los cíclopes”.-Contesto Nemea muy enfadada.
-Ja, ja ja mi hermano le levitan os lo impedirá, eso es lo que pasa cuando no me hacéis caso, ja, ja, ja-dijo Nemea.
Nemea salto al agua de un salto y Fil y Ulises estuvieron un gran rato sin verla por lo tanto se alegraron.
A la media hora salio del agua una especie muy rara mezclada entre una ballena y una serpiente. Este animal acuático era el llamado Levitán según Fil que todo lo sabia.
El animal se presento muy tranquilo y con cara de pocos amigos, esto fue hasta que Ulises hizo un comentario muy malo sobre el Levitán. El Levitan salto del agua y los empezó a hundir el barco llenándolo de agua hasta los topes.
Fil y Ulises se vieron a punto de abandonar el barco. Hasta que Ulises se vio obligado a pedirle perdón a el y a su hermana Nemea.
Cuando se lo pidió hubo un lapsus de 10 segundos y todos cerraron los ojos, cuando los abrieron Fil y Ulises ya estaban muy cerca de la orilla, con el barco normal, sin agua y muy limpio cosa que antes no.
Nemea y el Levitan siguieron su camino hasta su padre, Fil y Ulises aprovecharon que les habían salvado y fueron a visitar a su padre, llevándolo una medicina para todos los tipos de enfermedades, tal como lo había dicho su hija.
Cuando llegaron y se metieron al agua vieron a todos sus hermanos muy diferentes cada uno y con diferentes nombres llorando alrededor de una cama gigante llena de flores.
Su padre era un elemental del agua al que no le gustaba nada, ni sus propios hijos, ya que estaba tan malo que no podía ni tenerse en pie.
-No papá no te mueras tu estas en buena forma y lo sabes- Decía Nemea muy triste.
Fil le dio la medicina a Nemea y se la dio a su padre. Ulises y Fil se fueron y nunca supieron mas sobre esa familia tan triste tras la muerte de su padre. Se dice que Ulises y Fil llegaron a la isla de los Cíclopes con la moral muy baja.

Por Pilar Victoria Bravo García

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